No todos los oradores se ponen nerviosos al hablar en público, pero si eres de esos que tiene un mal rato cuando sube a la tarima, no te preocupes. Hay muchos consejos para calmar los nervios y presentarse ante el público de forma segura. El primer paso es entender por qué nos ponemos nerviosos. Seguramente hay varias razones, así que identifícalas y busca soluciones para cada una de ellas. También es importante practicar tu discurso antes de darlo, para estar tranquilo y seguro. ¡Anímate! Con un poquito de preparación podrás lograrlo.
Preparación
Si te preparas adecuadamente, tus nervios se calmarán porque conocerás tu material al dedillo. No tendrás que preocuparte por olvidar lo que quieres decir o por no estar preparado.
Conoce a tu público
Si sabes a quién te vas a dirigir, te resultará más fácil calibrar el tipo de lenguaje y el nivel de detalle que debes utilizar. También podrás adaptar tu mensaje a ellos, lo que les hará más receptivos y le ayudará a conectar contigo.
Encuentre una conexión personal
Piensa en alguien del público con quien puedas conectar a nivel personal. Esto te ayudará a centrar tu atención en esa persona y no en todo el público, que puede resultar abrumador.
Respiración
Cuando nos ponemos nerviosos, nuestra respiración se vuelve más superficial y rápida. Esto puede provocar mareos y una sensación de aturdimiento. Para evitarlo, respira profundamente antes de empezar a hablar y durante toda la presentación. Esto te ayudará a mantener la calma y la concentración.
Pronunciación
Si te preocupa tu pronunciación, reduce la velocidad y concéntrate en pronunciar cada palabra con claridad. Céntrate en que te entiendan.
Gestos
No tengas miedo de utilizar gestos mientras hablas. Pueden ayudarte a enfatizar tus puntos y a mantener la atención de tu audiencia. Pero asegúrate de que sean naturales y no forzados.
Mirada
Establecer contacto visual con el público te ayudará a conectar con él y a sentirse menos solo en el escenario. También puede ayudar a calmar los nervios.
Sonrisa
Sonreír te hace parecer y sentirte más relajado, y también ayudará a que tu público se sienta cómodo. Así que, aunque no te apetezca, ¡muestra esos dientes de perla!